Presionar sobre la imagen para ver todas las fotos en mayor tamaño. Las fotografías son parte del libro "25 años de Democracia", coordinado por Patricio Crooker y editado por la CNE.
Muchos historiadores se han encargado de enlodar la imagen del Dr. Hernán Siles Suazo, aduciendo que su gobierno llevó al país al borde del colapso, generando una hiperinflación y una crisis de gobernabilidad insostenibles, entre otras cosas. Veinticinco años después, creo que podemos apreciar la historia desde una perspectiva menos apasionada y condicionada por las malas experiencias de la coyuntura de principios de los ochentas.
Luego de un largo periodo de dictaduras militares, con esporádicos y muy breves gobiernos civiles, la transición hacia la democracia representaba un difícil reto para la sociedad en su conjunto y, especialmente, para quienes fueran a hacerse cargo de conducir el país en esa nueva etapa.
Las clases populares demandaban cambios urgentes y, luego de haber resistido y luchado durante mucho tiempo, no estaban dispuestas a aceptar medidas que afectaran sus intereses y aspiraciones. En ese contexto, conocido muy bien por los actores políticos de entonces, era presumible que el primer gobernante de la era democrática enfrentaría serios obstáculos y problemas; para intentar resolverlos no podría aplicar ningún tipo de medida que tuviese la mínima relación con las empleadas por los gobiernos dictatoriales. Entonces, se apostó por alguien que tuviera una destacada trayectoria como líder y, al mismo tiempo, la aceptación de los sectores populares, con la esperanza de que eso pudiera facilitar los diálogos y concertaciones para sacar a Bolivia adelante.
El Dr. Siles, conociendo la situación y sus riesgos, bien pudo haberse negado a asumir la presidencia, pero también sabía que intentar realizar un nuevo proceso electoral habría generado un espacio de incertidumbre y temores, lo cual podía ser empleado por algunos militares para pretender hacerse nuevamente con el poder. En síntesis, Bolivia lo necesitaba, la democracia dependía de su desprendimiento y valentía, y él, una vez más, decidió servir a su patria.
El 10 de octubre de 1982, por última vez un militar, el Gral. Guido Vildoso, salió del Palacio de Gobierno como Presidente de la República, caminando algunos pasos hasta el Palacio Legislativo, donde transmitió el mando al Dr. Siles Suazo.
Lo que pasó después lo conocemos de sobra; pero esos tres años de democracia, con todos sus problemas, eran necesarios para que Bolivia entera pudiese aceptar medidas de choque que estabilizaran la economía y nos hicieran ver que el mundo había cambiado.
Nuestra democracia tiene muchas falencias, sobre todo porque nosotros, en especial los líderes políticos y sociales, no sabemos ejercerla de manera adecuada. Sin embargo, quienes han sufrido en carne propia el horror de los regímenes dictatoriales, quienes tienen parientes o amigos desaparecidos o, simplemente, quienes aprecian el valor de la libertad, saben muy bien que la peor de las democracias es preferible a la mejor de las dictaduras.
Muchos bolivianos y bolivianas, como Hernán Siles Suazo, lucharon por legarnos un país donde podamos expresarnos libremente, sin tener que “caminar con el testamento bajo el brazo” por opinar en contra del orden establecido. A todos ellos, mi reconocimiento, homenaje y gratitud por estos 25 años de democracia.
Luego de un largo periodo de dictaduras militares, con esporádicos y muy breves gobiernos civiles, la transición hacia la democracia representaba un difícil reto para la sociedad en su conjunto y, especialmente, para quienes fueran a hacerse cargo de conducir el país en esa nueva etapa.
Las clases populares demandaban cambios urgentes y, luego de haber resistido y luchado durante mucho tiempo, no estaban dispuestas a aceptar medidas que afectaran sus intereses y aspiraciones. En ese contexto, conocido muy bien por los actores políticos de entonces, era presumible que el primer gobernante de la era democrática enfrentaría serios obstáculos y problemas; para intentar resolverlos no podría aplicar ningún tipo de medida que tuviese la mínima relación con las empleadas por los gobiernos dictatoriales. Entonces, se apostó por alguien que tuviera una destacada trayectoria como líder y, al mismo tiempo, la aceptación de los sectores populares, con la esperanza de que eso pudiera facilitar los diálogos y concertaciones para sacar a Bolivia adelante.
El Dr. Siles, conociendo la situación y sus riesgos, bien pudo haberse negado a asumir la presidencia, pero también sabía que intentar realizar un nuevo proceso electoral habría generado un espacio de incertidumbre y temores, lo cual podía ser empleado por algunos militares para pretender hacerse nuevamente con el poder. En síntesis, Bolivia lo necesitaba, la democracia dependía de su desprendimiento y valentía, y él, una vez más, decidió servir a su patria.
El 10 de octubre de 1982, por última vez un militar, el Gral. Guido Vildoso, salió del Palacio de Gobierno como Presidente de la República, caminando algunos pasos hasta el Palacio Legislativo, donde transmitió el mando al Dr. Siles Suazo.
Lo que pasó después lo conocemos de sobra; pero esos tres años de democracia, con todos sus problemas, eran necesarios para que Bolivia entera pudiese aceptar medidas de choque que estabilizaran la economía y nos hicieran ver que el mundo había cambiado.
Nuestra democracia tiene muchas falencias, sobre todo porque nosotros, en especial los líderes políticos y sociales, no sabemos ejercerla de manera adecuada. Sin embargo, quienes han sufrido en carne propia el horror de los regímenes dictatoriales, quienes tienen parientes o amigos desaparecidos o, simplemente, quienes aprecian el valor de la libertad, saben muy bien que la peor de las democracias es preferible a la mejor de las dictaduras.
Muchos bolivianos y bolivianas, como Hernán Siles Suazo, lucharon por legarnos un país donde podamos expresarnos libremente, sin tener que “caminar con el testamento bajo el brazo” por opinar en contra del orden establecido. A todos ellos, mi reconocimiento, homenaje y gratitud por estos 25 años de democracia.
Son 25 años de aprender en democracia que todos tenemos los mismos derechos y la libertad de expresarnos bajo un marco de respeto, es un largo camino que todavía nos falta recorrer y lo seguiremos haciendo en Democracia!!!
ResponderBorrarUn abrazo amigo
PD.: Espero estés mejor pues se te extrañó el lunes... =)
Salud por la democracia!!!
ResponderBorrarEn una época donde la democracia y la actividad política está desvalorizada al máximo, es importante recuperarla y recuperar la institucionalidad perdida y los valores (con sus luces y sombras) de toda esta época. Q sigan siendo muchos más!
La muerte del Che (9 de octubre), los veinticinco años de democracia (10 de octubre) y un año más del denominado “Encuentro de Dos mundos” (12 de octubre), coinciden este año en una sola semana hábil. Diez o veinte años atrás las formas y los fondos de sus rememoraciones fueron distintas y se enmarcaban en un patrón de adhesiones ideológicas muy distinto al que vivimos en las actuales fechas. Las tres fechas tocan con mucha sensibilidad a Bolivia, este país que se encuentra en un penoso tránsito de cambio y de transformación inherente a su sociedad y su historia.
ResponderBorrarLos 515 años de choque cultural deben ser asumidos, entendidos, evaluados y proyectados en la idea constructiva y propositiva, sin olvidar el pasado, pero enriqueciendo el futuro. Finalmente, es importante precisar que ni el cambio comenzó hace 40 años, ni los 25 de años de democracia fueron inservibles, pero lo que me no llega a cuadrar, por más respeto al proceso de cambio que podamos percibir, es que la historia haya comenzado en enero del año 2006 y que el futuro sea la eterna incertidumbre.
P.D. Coincido con tu apreciación de Hernán Siles.
buena viejo. al dr. siles lo mandaron al basurero de la historia de la manera más injusta y arbitraria. también es saludable de tu parte que evites darle palo a todos los que aportaron para tumbar a ese gobierno, yo no podría. generalmente cuando pienso esa etapa de la historia me entre bronca por esos mezquinos. y ahora veo a muchos de esos como oportunistas colgados del nuevo proyecto. tal vez no supieron leer la historia en ese momento, no por eso les voy a perdonar las miserias exhibidas en ese tiempo.
ResponderBorrar25 años!!! todavía nos falta mucho por aprender para convivir en verdadera democracia. El camino es difícil y el aprendizaje lento, pero la democracia definitivamente es lo mejor que tenemos.
ResponderBorrarUn abrazo, oveja.
pucha! esta democracia es como para decir... "A NADA!!".
ResponderBorrarSalud por ella.
me uno al brindis de la democracia
ResponderBorraragradezco la felicitacion por el dia de la mujer, pero en realidad vengo a desearte una pronta recuperacion...
para q ese higado este saningo!
x)
electrokisses
uy el blog me ha rumoreado que estas enfermo? uy q mal mal..
ResponderBorrarespero se recupere pronto!
y respecto al post..
yo tambien brindo por la democracia...si bien no me toco vivir una dictadura...tampoco la deseo..., agradezco que a pesar de todo sigamos viviendo en democracia y que sea siempre asi..
un beso
y en espera de su pronta recuperacion!
:)
Ojala que la democracia de nuestro pais no se vea nunca afectada por tanto dictador que rondea nuestra nación, dictadores que de dientes para afuera son demócratas pero que de ello .... nada! Y Evo es muy vulnerable a "juntarse con ellos".
ResponderBorrarPor Cierto "Marcelina" de Rantes esta weeeena la canción!.
un abrazo
Ceci: Exactamente, seguiremos recorriendo ese camino, pues es el único que nos garantiza libertad e igualdad de oportunidades para ejercerla. Una abrazote.
ResponderBorrarRonaldo: ¡Salud! De todos nosotros depende lograr la institucionalización de la democracia y la consagración de sus valores. Un abrazango.
Eduardo: Tienes mucha razón, la historia, ni tampoco la democracia, comenzaron en enero de 2006. Supongo que se ha idealizado demasiado el triunfo masista, lo cual no es malo, siempre y cuando esto no impida que los actuales gobernantes miren hacia atrás, de manera crítica, para no cometer los errores del pasado, y así puedan diseñar un proyecto de futuro sólido. Un abrazo.
Boris: Dado que se trata de un festejo, preferí no mencionar nombres que, necesariamente, deberían ir acompañados de adjetivos descalificadores. Pero tienes mucha razón y comprendo y comparto tu bronca. Un abrazo.
Vania: Obviamente falta mucho, sobre todo voluntad o, mejor dicho, suma de voluntades. Creo que en el caso específico de la democracia, no se puede aplicar el dicho: "echando a perder se aprende" Un abrazo.
Ifigenia: Aunque a veces nos parezca así, creo que la actitud debería ser más positiva. Un abrazo.
Daniela: ¡Salud por la Democracia! Si mi hígado estuviera bien, brindaría de verdad. Gracias por los buenos deseos. Un abrazo.
Maite: Sí pues, mi hígado está en huelga de brazos caídos, pero ya le he advertido que si no termina sus medida de presión, lo voy a reemplazar. Y sí, tenemos que agradecer el vivir en un país democrático, con sus luces y sombras, pero democrático al fin. Un abrazo y gracias.
Leslie: La democracia siempre va a estar amenazada por diversos actores y factores, pero depende de nosotros no permitir que las amenazas se materialicen. Un abrazo con garra.
Pucha, compañero, hermoso lo que has puesto.
ResponderBorrarSiempre lo supimos, Don Hernán era un gran hombre.
Un abrazote
la democracia, 25 años... bueno es un proceso, afianzarla fue muy complicado. El Dr Siles, siempre me cayó bien, nunca tuvo el apoyo que merecía, ni de sus partidos, ni de sus aliados, le tocó una mala época, eso de los ciclos económicos y demás, en fin... salud pues!por otros 25 años más de democracia chausito.
ResponderBorrarSolo una precisión a tu comentario. En 1982, al retornar D. Hernan a Bolivia, él sabía que su primcipal problema sería el tener que gobernar con un Parlamento en minoría, ya que el MNR y ADN hacían juntos una sólida mayoría parlamentaria de oposición. D. Hernan quiso nuevas elecciones, las cuartas si era necesario, para garantizarse una victoria contundente que le permitiera consolidar una mayoría congresal y viabilizar un gobierno sin bloqueos parlamentarios que en ese entonces eran comunes. No se pudo, la oposición y algunos aliados menos experimentados impusieron el criterio de "El Hambre no espera" y le obligaron a aceptar esa presidencia tan dura y amarga en lo personal y tan dificil para todos.
ResponderBorrarRecuerdo aquellos años y coincido con tu post, fueron años difíciles los vividos son Suazo, pero en todo caso fueron 100% mejores a los vividos bajo la dictadura, yo era chica y aún vivía en Bolivia cuando estaba la dictadura... y recuerdo los llantos, idas y venidas de las esposas de los compañeros de trabajo de mi papá, otros docentes que por tener una idea política fueron perseguidos, de los más conocidos, uno estuvo en la cárcel y tuvo la suerte de conseguir asilo político en Suiza.. eso fue muuucha suerte pero fue triste despedirnos de ellos, otro caso recuerdo a la esposa de uno de los profesores que llegó a casa llorando.. para pedirle a mi mamá que la acompañe a ver a su esposo, ella no era del lugar pero sabía que mis papás eran amigos del esposo, mi mamá cuenta que ella también tenía miedo de ir.. pero le dio tanta pena que no le importó y fue.. y hoy dice que nunca en su vida vio llorar a alguien tanto como lloraba esa pareja, él se despedía y al mismo tiempo dice que le pedía a la esposa que hiciera lo posible para sacarlo de allí.. sabían que si lo llegaban a trasladar ya nunca más se verían.
ResponderBorrarCon todo eso por atrás imagino que fue muy díficil gobernar, tal como sucedió con Alfonsín en Argentina.
Saludos