La semana previa al 4º Encuentro Bloguero Urbandino, junto con Roberto Cáceres y Aldo Medinaceli participamos de un encuentro de escritores en Tacna-Perú. Allá, además de las charlas, lecturas y discusiones, también sucedieron extraños sucesos que dentro de poco convertiré en una croniquilla para que se entere todo el mundo, antes de que las malas lenguas hagan llajwa mi honra. Por el momento, pongo a consideración la ponencia/testimonio que leí el primer día del mencionado encuentro.
Divagaciones de un aprendiz
¿Habrá, acaso, algo que pueda vincular las literaturas peruana, chilena y boliviana? Con lógica urbandina, de cholo trasnochador, se podría afirmar categóricamente: “El castellano, ¿o no?” Y claro, el taxista que me dio tan sabia respuesta, malhablando el idioma cervantino, con el bollo de coca inflando el cachete, ha debido crecer con el Chavo del 8, las novelas de Talía y, ¿por qué no?, con Laura en América, alimentando su experiencia idiomática y su saber lingüístico, mientras en el aula una vetusta profesora, digna defensora de las reglas gramaticales, se desgañitaba impartiendo las normas que hacen del castellano una de las lenguas más complejas del mundo.
Este primer párrafo, a todas luces rebuscado, sin ninguna información que ilustre el amplio saber de los académicos aquí presentes, no tiene por fin metaforizar algo que ya es bien conocido: que el castellano es tan diverso como la papa, tan ambiguo como la fiesta, tan riguroso como las dictaduras, aunque tan libre como el mercado, mas no el del capitalismo indolente, sino más bien como el del mercado de barrio, donde la carnicera puede entender lo que la pituca requiere, donde la verdulera puede dialogar con el esposo castigado, donde las palabras le hacen gambeta al diccionario y donde el idioma, imperfecto e incompleto, hace evidente que Babel no fue un castigo divino, sino un regalo diabólico.
¿Dónde se habla el mejor español? De hecho, en España, no. Es que la “madre patria” está compuesta de muchas patrias, todas con sus propias lenguas; es decir, todas con sus propias visiones de mundo. Muchos suelen decir que en La Paz cualquier hispanohablante puede comunicarse sin ningún problema. Obviamente, yo, con un halo patriotero, debería corroborar dicha afirmación; sin embargo, y sin muchas vueltas, no me queda más, por honestidad literaria, que sacarlos de su error. Si en La Paz el castellano se entiende, es porque en La Paz el castellano no se habla.
“Borracho está este tipo”, deben pensar muchos, al escuchar mi contradicción argumentativa; pero antes de que saquen las piedras y procedan a la lapidación, pídoles, en nombre de la Ñ, que me permitan defender mi punto.
Según una consulta que hice con los honorables miembros de la Real Academia de la Lengua Española, el verbo “estir” no existe. Si yo transmitiera esta información oficial al taxista que dio el pie para iniciar esta verborrea, él, con su sabiduría y lógica urbandina, me diría que “che, viejito, tus honorables se han estido”. Y ahí está lo sorprendente: yo le entendería. “Sí, hermanito, se han estido”, le respondería. Y esa sería mi respuesta porque, a pesar de no ser parte del cervantino buen hablar, el verbo “estir” es parte del urbandino buen entender.
“Mi esposa se ha escapado con el jardinero”, confiesa un paceño cornudo; “es que tu matrimonio se ha estido”, le replica otro, no tan cornudo, pero igual de paceño. Ahora bien, eso no se puede traducir facilonamente como “el matrimonio se ha jodido”, porque aunque rimen, estido y jodido no son sinónimos. Tampoco se puede entender que el matrimonio ha terminado, porque cabe la posibilidad de que la esposa, luego de domar el catre con el jardinero un par de días, decida volver al hogar, donde el paceño cornudo la recibirá como al hijo pródigo, perdonando sin esperar disculpa, de tal forma que el matrimonio aún continuaría, estido, pero continuaría.
¿Cómo se puede explicar, entonces, que algo se ha estido? Lamentablemente, no se puede; el verbo estir es inefable, pero entendible. Y del mismo modo, en La Paz hay muchos otros vocablos y expresiones que “oficialmente” no pertenecen al idioma castellano, aunque ese mal hablar no perjudica el bien entender. Cosa similar ocurre en Perú, Chile, Ecuador, Colombia, etc. Cada país, cada ciudad, cada pueblo latinoamericano se comunica a través de sus propias versiones del español, nutridas, lógicamente, de sus particulares visiones de mundo, sus herencias ancestrales y algunos aportes foráneos. Entonces, contradiciendo al taxista, podríamos decir que lo que vincula nuestras literaturas, el común denominador que las hace tan latinas, es, precisamente, lo que no forma parte del castellano; la incesante y rebelde labor de destrucción idiomática. Pero ojo, no destruimos para luego tendernos sobre las ruinas, sino más bien para volver a construir, una y otra vez, sin la pereza que nace cuando la perfección se asume como cierta.
Y gran parte de la responsabilidad de esta constante destrucción recae sobre los escritores. Por eso decidí dedicarme a la literatura, algo de terrorista porto en el subconciente. Y más allá de la literatura académica, de la que sigue bajo el yugo de la dictadura gramatical, prefiero la que se ha rebelado, la que destruye y construye sin descanso, esa que no sólo se vale del papel, esa literatura que también se hace en las paredes o en las charlas de cantina. Gracias a ella descubrí que La Paz es todo, menos paceña, y que ese todo es más paceño que La Paz, porque el diálogo incesante de las culturas que pueblan mi ciudad, no sólo inventa ficciones cotidianas, sino también ficciones históricas, cuando no existenciales, nutriéndose de las múltiples voces, por tanto, palabras, que configuran ese espacio imaginario vigilado por el Illimani. Y a mí, como aprendiz de escritor, sólo me queda defender esa diversidad, mandar al diablo el “todos somos iguales”, porque mentira es, no somos iguales, y eso es lo maravilloso y mágico de La Paz; además que, en el fondo, es también el pilar de muestro oficio, pues la literatura, para hacerse, decirse, imaginarse, escribirse o inventarse, necesita, pues, de aquellos que han decidido ejercer la palabra, el compromiso militante para defender y perpetuar en, con y desde el lenguaje, la imposibilidad de lo absoluto.
Este primer párrafo, a todas luces rebuscado, sin ninguna información que ilustre el amplio saber de los académicos aquí presentes, no tiene por fin metaforizar algo que ya es bien conocido: que el castellano es tan diverso como la papa, tan ambiguo como la fiesta, tan riguroso como las dictaduras, aunque tan libre como el mercado, mas no el del capitalismo indolente, sino más bien como el del mercado de barrio, donde la carnicera puede entender lo que la pituca requiere, donde la verdulera puede dialogar con el esposo castigado, donde las palabras le hacen gambeta al diccionario y donde el idioma, imperfecto e incompleto, hace evidente que Babel no fue un castigo divino, sino un regalo diabólico.
¿Dónde se habla el mejor español? De hecho, en España, no. Es que la “madre patria” está compuesta de muchas patrias, todas con sus propias lenguas; es decir, todas con sus propias visiones de mundo. Muchos suelen decir que en La Paz cualquier hispanohablante puede comunicarse sin ningún problema. Obviamente, yo, con un halo patriotero, debería corroborar dicha afirmación; sin embargo, y sin muchas vueltas, no me queda más, por honestidad literaria, que sacarlos de su error. Si en La Paz el castellano se entiende, es porque en La Paz el castellano no se habla.
“Borracho está este tipo”, deben pensar muchos, al escuchar mi contradicción argumentativa; pero antes de que saquen las piedras y procedan a la lapidación, pídoles, en nombre de la Ñ, que me permitan defender mi punto.
Según una consulta que hice con los honorables miembros de la Real Academia de la Lengua Española, el verbo “estir” no existe. Si yo transmitiera esta información oficial al taxista que dio el pie para iniciar esta verborrea, él, con su sabiduría y lógica urbandina, me diría que “che, viejito, tus honorables se han estido”. Y ahí está lo sorprendente: yo le entendería. “Sí, hermanito, se han estido”, le respondería. Y esa sería mi respuesta porque, a pesar de no ser parte del cervantino buen hablar, el verbo “estir” es parte del urbandino buen entender.
“Mi esposa se ha escapado con el jardinero”, confiesa un paceño cornudo; “es que tu matrimonio se ha estido”, le replica otro, no tan cornudo, pero igual de paceño. Ahora bien, eso no se puede traducir facilonamente como “el matrimonio se ha jodido”, porque aunque rimen, estido y jodido no son sinónimos. Tampoco se puede entender que el matrimonio ha terminado, porque cabe la posibilidad de que la esposa, luego de domar el catre con el jardinero un par de días, decida volver al hogar, donde el paceño cornudo la recibirá como al hijo pródigo, perdonando sin esperar disculpa, de tal forma que el matrimonio aún continuaría, estido, pero continuaría.
¿Cómo se puede explicar, entonces, que algo se ha estido? Lamentablemente, no se puede; el verbo estir es inefable, pero entendible. Y del mismo modo, en La Paz hay muchos otros vocablos y expresiones que “oficialmente” no pertenecen al idioma castellano, aunque ese mal hablar no perjudica el bien entender. Cosa similar ocurre en Perú, Chile, Ecuador, Colombia, etc. Cada país, cada ciudad, cada pueblo latinoamericano se comunica a través de sus propias versiones del español, nutridas, lógicamente, de sus particulares visiones de mundo, sus herencias ancestrales y algunos aportes foráneos. Entonces, contradiciendo al taxista, podríamos decir que lo que vincula nuestras literaturas, el común denominador que las hace tan latinas, es, precisamente, lo que no forma parte del castellano; la incesante y rebelde labor de destrucción idiomática. Pero ojo, no destruimos para luego tendernos sobre las ruinas, sino más bien para volver a construir, una y otra vez, sin la pereza que nace cuando la perfección se asume como cierta.
Y gran parte de la responsabilidad de esta constante destrucción recae sobre los escritores. Por eso decidí dedicarme a la literatura, algo de terrorista porto en el subconciente. Y más allá de la literatura académica, de la que sigue bajo el yugo de la dictadura gramatical, prefiero la que se ha rebelado, la que destruye y construye sin descanso, esa que no sólo se vale del papel, esa literatura que también se hace en las paredes o en las charlas de cantina. Gracias a ella descubrí que La Paz es todo, menos paceña, y que ese todo es más paceño que La Paz, porque el diálogo incesante de las culturas que pueblan mi ciudad, no sólo inventa ficciones cotidianas, sino también ficciones históricas, cuando no existenciales, nutriéndose de las múltiples voces, por tanto, palabras, que configuran ese espacio imaginario vigilado por el Illimani. Y a mí, como aprendiz de escritor, sólo me queda defender esa diversidad, mandar al diablo el “todos somos iguales”, porque mentira es, no somos iguales, y eso es lo maravilloso y mágico de La Paz; además que, en el fondo, es también el pilar de muestro oficio, pues la literatura, para hacerse, decirse, imaginarse, escribirse o inventarse, necesita, pues, de aquellos que han decidido ejercer la palabra, el compromiso militante para defender y perpetuar en, con y desde el lenguaje, la imposibilidad de lo absoluto.
Me parece que te estas "chipando",te diria,jajaja, bueno yo creo que el termino "estido" es muy paceñisimo, y de seguro alguien que lee ese termino y no sea de alli por supuesto no lo entendera, vaya palabrita digna para un debate.
ResponderBorrarq deli post...
ResponderBorraresto es un post-re
mañana vuelvo... pq morfeo anda gritando mi nombre enfurecido...
zzzzzzzZzzz
Yo también me desgañito...y no soy vetusta.
ResponderBorrarPor cierto, no tengo ni idea del significado de"estir".
Saludos
Pues yo la 1ra. vez q oí "estido" fué aqui. pero pese a td la explicación del caso... no la entiendo. ups!
ResponderBorrarLo hermoso de cada región es su vocablo; su contexto q dá vida a su vocabulario. aki yo con tanto Salvatrucho, peruano, guatemalteco, mexicano, etc. tengo q tener cuidado con lo q digo x q mucho de nuestros modismos no es lo mismo 'pa ellos, si bien busco a mi hijo y digo: donde esta mi wawa, el puertoriqueño pensará q estoy buscando mi micro/bus o si bn digo a alguien aguerrido "que pendejo" el mexicano pensará q le estoy diciendo maricón huuuuuu y como esos miles de ejm.
abrazos.
Sos un maestro cumpa... pero no quedes bien, contá todo lo que has hecho en Tacna, jajaj
ResponderBorrarUn abrazo.
(hablá de ese poli que tu nariz ha estido).
...muuuy bueno, me he estido despues de leerlo...
ResponderBorrarun beso!!!
(qué has hecho en Tacna pues?)
ujujuu radio barrio
ResponderBorrarya te quemaron!
Wow... bien eso che ese cariño...!!!
ResponderBorraraunque no entiendo muy bien eso del que no "todos somos iguales", pero tenemos dedos, ojos, nariz, comemos y vamos al baño... la verdad es que siempre me hago bolas con eso, mezclado con eso de la variedad, se me es difícil encontrar una palabra o frase que defina eso...!!! mmmmm... complicado...!!!!!
Pero bueeeno... eso de las lenguas romances, siempre fue así no más...
Y me parece que hablamos una lengua fornicadora... y bien eso, por que la fornicación es un deporte sano... y eso me gusta...!!! cuando se pueda hinchar por mi equipo lo hago...
Y más te comento, que ya me encontré otro deporte relacionado con aquello, y mi equipo soy yo y mi "Junior.."" je je...!!!
un Saludo estido, y haber pues, que tengo ganas de más alcohol..!!!
Hola Estido,cómo anda el cuepro. Supongo que ya saben algunos de tu tour por Tacna (alguien habló del policia y tu nariz), ya se están enterando. Es fascinante el misterio del verbo "Estir". Un abrazo desde Tacna- Perú. Willy Gonzalez
ResponderBorrarMira vos, que yo soy cochalo y no tengo las mas minima idea de lo que significa estir. Pero es cierto cada region de iberoamerica se entusiasma en crear sus propios modismos y palabras. Todo esta bien mientras nos sigamos entendiendo, o quizas no, no lo se.
ResponderBorrarEs dificil mantener ese dinamismo con la television y otros medios de comunicacion que estandardizan el lenguaje.
Lindo aporte hermanoy.
Saludos.
Excelentes divagaciones mi estimado... Una perspectiva a cerca de las letras, que no la habia percibido hasta ahora.
ResponderBorrarSi hasta un post me dan ganas de dedicarte jeje, por esa rebeldia implicita que puede ser llevada incluso en las palabras.
Uyyy, estuve de viaje y me he estido de tu 4to Encuentro Bloggero. Espero que no haya sido premeditado jajaja. Bueno en otra será.
Saludos.
Qué rico volver a tu blog después de algún tiempo y econtrarme con esto, me fascinó la manera en que hablas del castellano, y la paradoja de su recontruccíón. Un abrazo
ResponderBorrarYo no tendo ni idea de lo que significa "estido" pero hubo una frase que me cayo redonda. Gracias. Si queres saber cual es, la he nombrado frade del dia (en realidad de estos dias, hasta que encuentre una nueva). Siempre leo tu blog pero por algun motivo no llego a comentar. Hoy rompemos la rutina. Felicidades.
ResponderBorrarRober: Lo interesante del asunto es que, luego de repetirla unas cuantas veces, la gente la comprende perfectamente; al menos, eso ocurrió allá en Tacna. Un abrazo.
ResponderBorrarElectrokiss: Jajaja, lo malo es que a veces los post-res empachan. Ojalá Morfeo no te haya castigado con una pesadilla. Un abrazo.
Yoffy: No te desgañites; los estudiantes deben aprender el idioma a través de la práctica, ellos mismos deben descubrir las reglas, y eso sólo se logra leyendo y escribiendo. Si alguna vez tienes la oportunidad de venir a La Paz, en dos días ya vas a saber que significados tiene el estido. Un abrazo.
Leslie: Es cierto, cada país se apropia del idioma de acuerdo a su contexto. Sin embargo, así como tú aprendiste las distintas connotaciones de ciertos términos, cualquiera puede adaptarse a los dialectos regionales en poco tiempo. Un abrazo, Tigresa.
Cumpa: Prontito narraré cómo me he estido en Tacna, paciencia y no adelantes el final. Un abrazo y ¡salud!
Cane: Está bien, la cosa sería saber cuánto y cómo te has estido. Como le dije al cumpita, paciencia, ya contaré lo de Tacna. Un abrazo.
Jota: Claro, viejito, todos tenemos sangre roja y huesos blancos, pero ten por seguro que sentimos y pensamos diferente, eso, básicamente, junto con el contexto cultural en el que crecemos, configura nuestras visiones de mundo. Ese deporte que encontraste, en jerga de naipes se llama “solitario”, jajajaja. Un abrazo.
Willy: El cuerpo todavía sigue recuperándose, pero todo hubiera sido peor de no haber contado con un gran anfitrión como tú. Nuevamente, querido tocayo, muchas gracias por tu amabilidad, los tres bolitas la pasmos muy bien durante el encuentro. Un abrazo.
Utópico: De cierto modo, es bueno que los medios estandaricen el lenguaje, pues si no, la comunicación mediática sería imposible. Por ejemplo, los diarios amarillistas del Perú publican con jerga absolutamente popular, lo cual hace que cualquiera de nosotros no podamos leerlos; obviamente, están enfocados netamente hacia su mercado; sin embargo, los diarios importantes, emplean un lenguaje “estándar”, de tal forma que puedan ser leídos en todo el continente. En fin, esto de los dialectos da para charlar muchísimo. Un abrazo.
Diego: Gracias por el cometario, viejito. Una pena que no hayas podido estar para el encuentro bloguero urbandino, pero creo que para mediados de mayo, cuando llegue Vania (Cápsula del Tiempo) organizaremos el quinto; espero que a ese sí puedas asistir. Un abrazo.
Edu: Qué bien que te haya gustado. Generalmente trato de llevar la reflexión académica a un plano más coloquial, dándole un toque de humor que ayude a distender la carga teórica; eso, muchas veces, en el ámbito de la Academia no es bien visto, pero como no me interesa lo que opinen los dinosaurios, todo está bien. Un abrazo.
Ronaldo: pues bienvenido a la Urbandina. Ahorita paso por tu blog para ver cuál es la mentada frase. Un abrazo.
ResponderBorrarMe gustó tu analisis del idioma y tienes razón, el castellano en su forma de cada país o como español, no es hablado correctamente; en España tienen el lío con las z,s y c y en nuestro mundo latino es un abanico de líos :P Creo que solo el diccionario lo habla bien jeje
ResponderBorrarUn beso grande.. :)
Bien el ensayito che.....me ha gustado.
ResponderBorrarTe cuento que la Wara Cajias de la Alcaldía me habló de un proyecto literario para el día de los museos, me dijo que habló con el Pablo, sabes algo? Podríamos armar una lecturita..
Nos veremos pues este fin de para coordinar ideas
Tengo que decir que es gracias a Ud. Caballero que me gusta La Paz...siento nostalgia de La Paz!!!
ResponderBorrarOjalá pueda "caerme del tiempo" y visitarte...
Ya te estaba extrañando "el rosadito".
Y, esa es la magia que posee el escritor, o el que intenta. La magia de poder seguir "creando", por más que todo esté dicho, contado o relatado...
Es muy relativo hablar de un castellano correcto o bien hablado...es más, no existe tal cosa, pues si está cumplido el cometido comunicacional del lenguaje, entonces se lo puede catalogar como correcto.
Ahora, si convencional o no, ése es otro tema.
Besitos...
Está muy bueno eso de la diversidad, te apoyo totalmente.
ResponderBorrarY bueno, en cuanto al "estir" creo que mi buen entender urbandino empezó a incluir este "verbo" desde que te leo, pues... aunque ud. no lo crea...nunca antes lo había escuchado!!
Saludos:)
Albanella: Bueno, en realidad, creo que el diccionario sólo da pautas y que cualquier forma del español es perfecta, pues en su contexto cumple su función: comunicar. Un abrazo.
ResponderBorrarGanja: Sí, el Pablo ya me comentó sobre el asunto. De hecho, habíamos planificado una lectura, y si te quieres sumar, ¡bienvenido! Un abrazo.
Pao: Pues ojalá que vengas para que puedas vivir La Paz, ya que leerla, aunque tiene su encanto, no es suficiente. Comparto plenamente lo que piensas sobre el idioma. Otros besitos.
Gera: Realmente, no te puedo creer. Yo creo que sí lo has escuchado, pero como te es tan común, jamás notaste su existencia. Suele pasar. Un abrazo.
Estir... en definitiva recuerdo que haber escuchado el verbo antes de encontrar a la Urbandina en la red, y era una forma de mofa a una situación peculiar que se estuviese atravesando, sin embargo el verbo como que ha adquirido más cuerpo en este último tiempo... así que puede ser utilizado en todo tipo de situaciones. =)
ResponderBorrarBuenísimo el ensayo, muestra cómo nuestra diversidad latina nos da instrumentos para utilizar, hacer y deshacer con el lenguaje a nuestra discresión... si se le puede llamar "discresión" jejeje
Saludos!!!
(Imagino que estaba escuchandote allá en el encuentro)
ResponderBorrarYo me paro y hago "Clap, Clap, Clap, Clap, Clap, Clap." Luego toso y digo al de mi lado: "¿Tiene nomás razón no?" El otro me dice: "Grave".
sabes ... anoche (despues de la 5ta reunión blogera urbandina) me he estido entonces como estaba con los cochalitos que no conocen bien mi chuquiago, decidí llevarlos al "ojito", allí con una de las minitas me he lanzado pero la zonza se ha estido, entonces dije "huevo acaso este cuerpito me he alzado de la basura" así que cero bola a la mina y la mande donde su ex (el gilcito que andaba sufriendo mientras le aleteaba a su ex, y ESE SI QUE ESTABA ESTIDO) entonces otro urbandino blogero compañero de farras empezó a brincarle alrededor a la minex, y la otra, no se estía, entonces el ex de la mina se HA ESTIDO completamente y le ha pateado bajo la mesa al amigo en cuestion que se ha ESTIDO jodido y lo tuve que agarrar que sino lo re golpeaba al cuatecito... en fin al volver en el móvil dije "son huevadas no voy a terminar jodido" asi que le perdone su desliz a mi disque prende y le empanadeé, mientras su ex se estía completito hablandome de huevadas, que no se dió cuenta de la manito que sino me golpeaba de frente ó se hubiera estido por completo.
ResponderBorraruna joda che...
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