septiembre 04, 2006

Del Illimani, ahicitos

Habitamos una ciudad bulímica, que vomita febreros y octubres, para volvérselos a tragar, de tan hambrienta. Sí, pero también habitamos una ciudad mágica, cuenca de cíclope tuerto, construida con ingenio y, sobre todo, con imaginación. Y aunque no tuvimos un Arzáns que nos fundara en la ficción, tenemos una memoria colectiva que se encarga de erigir imaginarios, de crear una verosimilitud que hace posible la vida en medio del caos de esta ciudad con nombre, más que irónico, farsante. Sí, La Paz, desde su nombre, es ficción. Ficción que habitamos y que nos habita, que es escape y retorno, y que nos reclama, a aquellos que hemos sido embaucados por sus coqueterías, perpetuar en el lenguaje la imposibilidad de lo absoluto.

Así, pues, del Illimani, ahicitos, no sólo habrá un hueco lleno de hormigas multicolores, sino también universos enteros, prestos a ser explorados, conquistados y colonizados. Porque habrá acaso en la nasal voz de los postmodernos copilotos andinos algo más que la promesa de un destino, algo similar a un coro polifónico que irrumpe en medio de la sinfonía bocinesca, en medio de un escenario caótico repleto de extras y efectos de humareda, para conjurar el hechizo del frío, que entumece piernas y corazones, con la naturalidad que impone el hambre a los 3600 días de vida.

Habrá acaso debajo de los toldos multicolores algo más que frutas de temporada, ropas chilenas made in Bolivia o radio grabadoras Panatonic, algo más cercano al ingenio que al contrabando, una especie de picardía regida por las leyes de sobrevivencia, que manda al carajo los miles de artículos del aparato legislativo/justiciero.

Habrá acaso en las paredes algo más que blancura monopol, algo parecido a versos clandestinos, a memorias de poetas anónimos que plasman su impotencia, frustración, alegría, desengaño, esperanza, furia, ideología, ánimo, amor, odio, calumnias, verdades, amenazas o declaraciones, en ese maravilloso e inacabable papel que se extiende por cuadras y cuadras y se ofrece, tentador/seductor, a las brochas o aerosoles de la creatividad urbana que no se cansa de escribir cosas tales como: Cristo viene... ¡Hazte pepa!

Habrá acaso en la ínclita ciudad algo más que el reflejo del Illimani, algo más que calles orinadas, crucificados en pelotas, marchadores de tiempo completo, burócratas que esperan el viernes para ocultar el aro de matrimonio y gastarse la quincena con una negra interesada, minibuses–sardineras contagiadores de gripe, discos de Julio Iglesias con tapa de Los Panchos, perros cagadores/cogedores/mordedores, trasvestis cuarentones con minifaldas fucsias, bailarines de tilín, carteristas/albertos/monreros/campanas/juglares que han aprendido las historias del tío. Habrá acaso algo más que eso –y también eso, por qué no–, junto –revuelto–, en paz –¿será?– y amor –¿será?–, para cantarlo, contarlo, pintarlo, gritarlo, archivarlo y hacerlo conocer para perpetua memoria.

12 comentarios:

  1. De quién es el texto????

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  2. Un gusto encontrar a alguien que respirar y vive mi ciudad de la misma forma que lo hacen mis dedos temblorosos en el papel, mis pies gastados en el asfalto roto.
    Un gusto saber que alguien bebe esta ciudad, sus calles y recovecos y sangra La Paz por sus venas.
    Un abrazo, compañero crónista, bienvenido a mi espacio

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  3. como diría el Saenz...El Illimani se está

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  4. ganjartek, gracias por la bienvenida. Recién empiezo en el universo virtual; pronto aprenderé más y mejoraré el blog.

    Y, como alguna vez escribiste, "Nos leemos pronto / Caminamos las líneas / de dos en dos de pies en vez / Caemos de la tarde / con el sol en la espalda / cómplices de luz y esperanza."

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  5. estimado.....veo que leiste mi libro, que gusto.. dime nos conocemos?

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  6. Bueno, nos conocimos en la presentación de tu libro, los de Gente Común nos presentaron; pero creo que esa fue la única vez que nos vimos. Es que este hueco podrá ser pequeño, pero es profuuuundo.

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  7. Insisto, de quién es el texto????

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  8. Anónimo, el texto es mío; sino lo fuera, citaría al autor, ¿no lo crees?

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  9. clap clap clap... que buena sorpresa detenerme por acá, este rincón de mi hueco en la tierra rodeado de cerros aún no lo había visto

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  10. Pues qué bien que te detuviste, y espero que no sea la última vez.
    Bienvenido.

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  11. ya me acuerdo estimado, que gusto!...por cierto que recuerde alguna madrugada de esas asì todo zombie, creo que tomè una jarra de yungueño contigo en el Manga...

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  12. Puuuucha! Eso sí que no lo podría afirmar, aunque no dudo de su altísima probabilidad. Es que el Manga, para mí, siempre ha sido territotio onírico, y como yo casi nunca me acuerdo lo que sueño...

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