octubre 20, 2006

Collita (festejando lo único "nuestro")


Lindas montañas te vieron nacer y, algún día, tú también las veras; desde lejos, claro, con perspectiva universitaria, explicando tus recuerdos con lengua norteña, beauty mountains/my country, pero con melancolía urbandina.

Ahora no las ves, no las sientes; por eso, tampoco me entiendes. Y, aun así, algo hay que nos une; un nosequé perverso, insistente, tentador. Nada tiene que ver tu linda silueta de bella mujer, ni tus labios rojos que incitan amar; no, más bien son tus ojos, esos muy negros de hondo mirar, los que perturban, los que atentan contra la normalidad y hacen de la rutina una aventura cotidiana, una constante búsqueda de roces, de palabras, de coincidencias.

Por si lo olvidaste, hoy está de cumpleaños nuestra ciudad; viste, ¡tenemos algo nuestro! Sí, hoy es el día de este hueco, más bien vagina, que no se cansa de parir sueños, esperanzas, deseos, palabras, música, sangre, balas, Octubres, en fin, ¡vida, carajo! Y así, vivos, aún no hemos podido comprenderla; por eso necesitamos concebirla como tumba, como la fosa que está cavada desde siempre para que la habitemos eternamente; así, imaginándonos muertos, podemos ver sus otras caras, conocer su alma sepia y su sonrisa aguayo. Pero sé que ahora no entiendes lo que te digo; lo jodido es que cuando lo hagas, quizás yo no sea yo, y ese otro te será más incomprensible aún.

En fin, soy como la ínclita, nomás: farsante; sin embargo, también como ella, antropófago insaciable. Es que lo otro es apetecible, que no envidiable, probablemente porque nosotros también somos lo otro; cierto narcisismo hay en esto. Así, se explica por sí mismo el hecho de que la canción que hoy te dedico, Collita, en realidad sea un taquirari, música camba, pues.

Entonces, collita, sabiendo que no podemos ser lo que somos y queremos, por lo menos festejemos, unidos por la distancia que nos acerca, el aniversario de lo único que podemos compartir sin la vergüenza que implica “lo nuestro”: Nuestra Señora de La Paz.

10 comentarios:

  1. CARAJO....VIVA LA PAZ Y NADA MAS!

    ResponderBorrar
  2. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Viiiiiivaaaaaaa!!!!!!!!!!

    ResponderBorrar
  3. Cada amanecer en la Hoyada hace que me enamore más y más de sus montañas, de su Illimani, de su gente... y los anocheceres a sus calles que guardan tantos recuerdos y VIVENCIAS...

    QUE VIVA LA PAZ!!!!

    ResponderBorrar
  4. ¡¡¡Jallalla Chuquiago!!!

    ResponderBorrar
  5. Un abrazo a la otra parte de mi origen, que también es mi tierra, Chuquiago Marca.

    ResponderBorrar
  6. Yo he festejado el 20 de Octubre comiendo marraquetas fresquitas (bueno no taaan fresquitas) que me ha traido mi panzoncito urbandino de La Paz este viernes.

    Antes de venir a vivir a la ciudad de los anillos le he dado una caricia imaginaria a todas las calles, las montañas, al aire frío, a las casitas colgando de los cerros, a las subidas y bajadas de montaña rusa y a todo lo que hace de Chuquiago Marka una ciudad única en el mundo. Todavía tengo esa sensación en mis manos y en mi corazón.

    ResponderBorrar
  7. Bueno, a nombre de la hoyada, agradezco los saludos y felicitaciones.

    Y dejen de recordar, mejor vengan a darse una vueltita por Chuquiago Market.

    ResponderBorrar
  8. ...no quiero morirme sin volverte a ver mi La Paz del alma...

    ResponderBorrar
  9. Puuuuuucha, Madeleine, esas añoranzas hay que curarlas antes de que se vuelvan nostalgias crónicas que, como es bien sabido, fácilmente devienen depresión. Bueno, para que no sea tan jodido, voy a poner más fotitos de la Ínclita.

    ResponderBorrar
  10. jijij, gracias por darte una vuelta por mi blog. En cuanto a lo de las fotitos... lo apreciaría.!!
    abrazos en el alma,
    mad

    ResponderBorrar